Si algo ha conseguido la formación política Vox es devolvernos a la niñez y hacer creer a algunos y algunas en cuentos y seres mitológicos como los unicornios, o Voxicornios en su peor y más rancia versión.
El panorama es el siguiente: Si Vox afirma que existen Voxicornios, hay que creer en los Voxicornios por la gracia divina o por la gracia de ellos/as, porque por datos no será.
Según la Real Academia Española, la palabra “mitificar” significa:
1- Convertir en mito cualquier hecho natural.
2- Rodear de extraordinaria estima determinadas teorías, personas, sucesos, etc.
La perversión del lenguaje, la distorsión de los datos o la propia mentira son estrategias de algunas formaciones políticas, o de la mayoría, para influir sobre nuestra percepción de la realidad y, de este modo, sobre nuestros votos.
En el caso de la formación política Vox, ésta ha llegado al panorama político utilizando no sólo las estrategias políticas comunes ya mencionadas, sino que tenemos que reconocerles el haber superado el listón inmoral al haber pasado de la mentira a la mitificación de hechos y datos, incluso de datos inexistentes o inaccesibles; he ahí su talento.
Asistimos actualmente así a un proceso de mitificación en el que algunos hechos reales, cuya existencia no se niega pero que conforman un número mínimo de casos, son de repente multiplicados en número imaginativamente y sin fundamento alguno, y se les atribuye una importancia y estima extraordinarias para utilizarlos como argumentos, ejemplos o problemas a solucionar según el interés político.
Podríamos pensar que al pasar por este proceso, el resultado de mitificar tales hechos reales pase automáticamente a convertirse, según nuestro pensamiento racional, en un cuento, una fantasía sin importancia que no se mueve en el terreno de lo real, de la verdad. Pero el auténtico problema surge cuando estos mitos, cuentos, fantasías, son tomadas como hechos y números reales y se convierten en ideas que algunas personas llegan incluso a apoyar y compartir, con unas consecuencias devastadoras, ya que no tienen nada que ver con la realidad.
En Filosofía se habla del paso “del mito al logos” para explicar el surgimiento de la Filosofía como tal. Un período en la Grecia de los siglos VI - VII a.c en el que tuvo lugar por parte de algunas personas un acto de cuestionamiento de aquellas explicaciones míticas o religiosas que hace milenios explicaban o describían el mundo y que se apoyaban en la tradición, explicaciones sobrenaturales y en creencias religiosas.
De este modo, las primeras personas que filosofaron, motivados por su curiosidad, empezaron a analizar críticamente y a cuestionar tales relatos míticos, reflexionando sobre éstos y sus incoherencias, liberándose así de explicaciones sobre el mundo que no eran más que construcciones fantásticas.
Este paso del mito al logos estuvo basado en una actitud de cuestionamiento basada en la razón que es algo que hay que repetir durante toda nuestra vida, una actitud de cuestionamiento y reflexión crítica en la búsqueda de la verdad.
Pero algunos y algunas no han dado este paso del mito al logos, de la creencia al análisis de la realidad a través de la razón. Es más, algunas personas, y formaciones políticas con más interés personal que moral, están invirtiendo el proceso, y están provocando que otras personas, una parte de la sociedad, receptora de sus ideas, sean absorbidas por tales relatos e ideas.
En lenguaje mítico, Vox afirma la existencia de Voxicornios, unos seres compuestos de datos inexistentes, inaccesibles o contrarios a los datos reales, y de rumores, meras opiniones sin fundamento de personas que creen, sin reflexión crítica, en los rumores, opiniones y mitos que otras personas les cuentan.
Si los datos disponibles desmienten la existencia de los Voxicornios, Vox afirma que tiene otros datos, pero que no los quieren exponer; o que los datos, a modo de conspiración, se ocultan, retorciéndose el asunto y pasando a poder formar parte del guion de un programa de misterio e investigación paranormal.
De este modo, y con las libertades que se toman, esta formación política puede afirmar no sólo la existencia de Voxicornios, sino también de Voxinontes, Voxnejos, Voxcodrilos, o todo lo que quieran, es su mito, su Voxuniverso. ¿Quiénes somos nosotr@s para detener su proceso creativo e imaginativo?
Este proceso de mitificación lo han utilizado para fundamentar sus argumentos en temas como la violencia de género o la inmigración.
Es así como pretenden derogar la actual ley de violencia de género planteando que ésta deja a los hombres en una situación de indefensión frente a miles, incluso millones, de denuncias falsas por parte de mujeres. Pero los datos son claros, la Fiscalía General del Estado expone que tan sólo en torno al 0,01 % de las denuncias por violencia de género que se pusieron entre 2009 y 2017 son falsas, contando las condenas por denuncias falsas y las denuncias que se encuentran en tramitación.
Frente a los datos, y frente a la realidad, Santiago Abascal, presidente de Vox, afirmó públicamente que no se creía los datos de la Fiscalía. Ante la magnitud de tal argumento, no nos queda otra salida entonces que creerle por la gracia divina a él otorgada.
Así mismo, Javier Ortega Smith, Secretario general de esta (de)-formación política, afirmaba en una entrevista en la Cadena Ser que los datos que maneja Fiscalía no son válidos, ya que sólo reflejan las condenas y las denuncias en trámite pero, afirmó a continuación, que "las denuncias que directamente no han sido tramitadas son muchísimas más, el problema es que ese dato se oculta" (Cadena Ser).
Pero si ese dato se oculta, ¿cómo puede afirmar que las denuncias son muchísimas más, desconociendo el dato oculto que le permitiría afirmar esto? Si necesitamos unos datos para afirmar la importancia o el nivel del problema a solucionar en cuestión, y esos datos se encuentran supuestamente ocultos de forma intencionada y no tenemos acceso a éstos, ¿Cómo llega Ortega Smith a tales conclusiones? ¿Intuición? ¿Imaginación desbocada? ¿Por qué no expone tales datos y sus fuentes públicamente? Sin datos y “a lo loco”.
Vox propone así la derogación de la actual ley de violencia de género y su sustitución por una “ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños”. Así mismo, también proponen “la persecución efectiva de las denuncias falsas”.
Según el Informe de 2011 del consejo general del poder judicial sobre víctimas mortales de la violencia de género y de la violencia doméstica en el ámbito de la pareja o ex pareja, 7 hombres murieron asesinados por sus parejas o exparejas, mientras que durante el mismo período fueron asesinadas 62 mujeres. De los siete hombres, cinco fueron asesinados a manos de una mujer y dos a manos de otro hombre.
Pretende esta formación, por tanto, elevar a problema social fundamental unas denuncias falsas que suponen un 0,01 %, aunque la formación afirme, sin fundamento, que son más y, al mismo tiempo, pretende invisibilizar el problema de la violencia de género con una ley que iguala toda la violencia en un mismo plano simple. Una violencia de género que ha asesinado a casi 1000 mujeres desde 2003 y que el pasado 2018 nos dejó con 47 víctimas asesinadas por violencia de género.
Siguiendo con el análisis de los argumentos de Vox, nos encontramos con la afirmación, repetida por Abascal en varias entrevistas, de que la mayoría de asesinatos machistas son llevados a cabo por extranjeros.
Una vez más, Vox se acerca al mito y la fantasía y se aleja de la realidad, ya que según el Boletín Estadístico Anual sobre violencia de género de 2017, el 66,7 % de los agresores fueron hombres nacidos en España, mientras que el 33,3 % nacieron en otros países. El porcentaje de agresores nacidos en España que llevaron a cabo los asesinatos de violencia de género desde 2012 a 2017 es el siguiente:
- 2012: 75 %
- 2013: 68,5 %
- 2014: 68,5 %
- 2015: 73,3 %
- 2016: 65,9 %
- 2017: 66,7 %
Dentro del mismo proceso de mitificación pero en relación al tema de la inmigración, en una entrevista a Santiago Abascal en el periódico El Mundo, en octubre de 2018, Abascal afirmaba que la inmigración es un problema en España. Después la periodista le preguntó si conocía los datos sobre inmigración ilegal de 2017 y el número uno de Vox afirmó que desconocía ese dato.
Abascal habla de la inmigración como si fuera un experto en el tema, posicionándose políticamente, pero desconoce los datos sobre inmigración. ¿Cómo puede entonces plantear la inmigración como un problema desconociendo los datos de hace menos de dos años? Si desconoce los datos que le permitirían hablar de la inmigración como un problema, ¿Cómo puede plantearlo como un problema? ¿Intuición de nuevo? ¿Prejuicios?
Lo preocupante en sí no es que Abascal crea que la inmigración es un problema. Es posible que la inmigración se convierta o sea un problema cuando el país que recibe a estos inmigrantes no les asegura unos derechos, libertades y condiciones dignas de vida. El auténtico y grave problema es que defienda una posición política en contra de la inmigración y los derechos de estas personas sin conocer ni siquiera los datos fundamentales sobre los que reflexionar en torno a este problema.
La mitificación que realiza Vox tiene un proceso claro. Esta formación política toma unos datos de los que obtiene conclusiones falsas a las que luego les dan mucha importancia y estima, y tras la repetición constante lo intentan elevar a verdad, pero decae, por el propio peso de su falsedad, en mito.
Ejemplo del proceso de mitificación:
- Paso 1. Datos: Entre el 65 % y el 75 % de los agresores por violencia de género, según informes anuales, no son extranjeros sino nacidos en España.
- Paso 2. Ante esos datos Vox afirma, sin datos que confirmen su argumento, que la mayoría de agresores son extranjeros.
- Paso 3. Vox afirma reiteradamente, repitiendo hasta la saciedad, el argumento acuñado anteriormente sin datos que lo confirmen, aprovechándose de los prejuicios presentes en la sociedad.
- Paso 4. La repetición no lleva a la verdad, sino al mito. El mito se desarrolla y se establece en la sociedad.
- Paso 5. Uso político del mito o relato.
Es necesario aclarar que es perfectamente legítimo que esta formación plantee o defienda la derogación de cualquier ley si exponen para ello los argumentos, datos concretos y hechos para fundamentar sus argumentos y posiciones políticas. Pero en su planteamiento sobre la derogación de la ley de violencia de género y las denuncias falsas no presentan ni un solo dato que avale su postura.
Frente a su ausencia de datos, contamos con gran cantidad de informes anuales nacionales que exponen la violencia de género a la que todavía están sometidas muchas mujeres de este país y cuyos asesinatos se convierten tristemente en datos que confirman la necesidad de leyes específicas que luchen contra ese tipo de violencia concreta.
Esto no nos sitúa en una posición negacionista sobre la posibilidad de la existencia de denuncias falsas. Sería ingenuo afirmar que no existen ni pueden existir personas que denuncien falsamente a otras, sea por el motivo que sea.
La modificación de la ley, y no su completa derogación, es lo que debería plantearse para, por un lado, seguir protegiendo legalmente a las víctimas de una violencia de género cuya existencia está más que avalada por las víctimas que la sufren y los datos con los que contamos y, por otro lado, para evitar o reducir la posibilidad de que se produzcan realmente denuncias falsas.
En los relatos míticos muchos de los personajes tienen cualidades sobrehumanas o divinas. Puede que sea este el caso de Abascal y Ortega Smith, cuyas cualidades les permiten trascender las barreras de lo real, de los hechos, de los datos, para acogerse a lo que ellos crean conveniente. Ellos construyen sus mitos. Pero creer no es saber; las opiniones, las creencias y los hechos son cosas muy distintas.
La actitud de cuestionamiento y reflexión crítica que trajo consigo el paso del mito al logos nos liberó de las cadenas de la ignorancia. Mantengamos esta actitud crítica y reflexiva día a día y no caigamos de nuevo en el mito en el que formaciones políticas como Vox quiere que creamos, con la intención de mantenernos fuertemente atados a la ignorancia de la que debemos liberarnos.
